
Pretendiendo descalificar nuestra labor o, mejor aún, atacarnos, el congresista Christian Garcés ha llamado a unos compañeros activistas/animalistas que hacían veeduría a una cabalgata en la que él mismo participaba, en Manizales, “animalistas radicales”. Lo dijo, fatua y pomposamente, con la intención de que tal apelativo se le tomase o asumiera negativamente, a partir de una ecuación/estrategia muy sencilla que Sanz (2023) ya ha denunciado en relación con el veganismo: aprovecharse de que, como “lo radical” comúnmente ha sido visto como malo, decir que el veganismo es radical (o sea, para que la gente lo interprete como algo “malo”).
Señor Garcés, comprenda que nos enorgullece que Ud., no nos haya llamado de otra manera…. ¡La vida, la libertad y la integridad deben ser defendidas cabalmente, y no con tibiezas ni mediocridades!, es decir, defendidas desde su “raíz”, radicalmente. Si Ud. se da una pasadita por el diccionario de sinónimos encontrará que lo radical es sinónimo de fundamental, esencial, sustancial y/o básico, mientras que sus antónimos son relativo o secundario. No es secundaria, para nosotrxs, la causa de los animales, ni mucho menos relativo su sufrimiento en manos de personas como Ud. Ellos, los demás animales, no sufren a medias, ciertos días o a ciertas horas, o en ciertas partes del cuerpo únicamente.
No me extenderé alrededor de otros términos con los cuales pudiera conectarse (dependiendo del contexto) erróneamente lo radical: extremismo, fanatismo, fundamentalismo, sectarismo, más aún así, si ser “radical” no apuntase, como efectivamente lo hace, a transformar sistemas (sociedades o costumbres) pacíficamente, quedaría claro que su esencia pura, incluso en correspondencia a esos términos, sería la no aceptación de mezquindades y medianías.
Representante Garcés, son radicales todas aquellas personas que han defendido, a lo largo de la historia, reformas y cambios profundos y fundamentales en las leyes y la sociedad. Ud., ¿frente a la violación o abuso de menores de edad, la discriminación sexual, por género, racial, por edad y/o capacidades, la esclavitud… es radical, o es “término medio”?… ¿a veces sí, y a veces no?, ¿depende? Honorable congresista: no se puede ser moderado frente al respeto, mucho menos “éticamente moderado”. Se da respeto o no se da. Nosotrxs somos radicales porque la justicia a medias no existe (es injusticia), así como una mujer jamás queda ‘medio’ embarazada, o alguien jamás es ‘medio’ robado… a ningún animal ‘medio’ lo matan, ‘medio’ lo violentan, o ‘medio’ lo torturan, montándosele.
Somos radicales y nos enorgullece serlo, no es ofensa para nosotrxs que Ud., le reiteramos, nos señale de ello, creyendo ofendernos; es más, tal frase nos suena, incluso, a pleonasmo o redundancia, decir “animalista radical” es como decir ‘subir arriba’ o ‘bajar abajo’, se es animalista (radical) o no se es. Los “animalistas” no radicales son también, como Ud., especistas.
El ser radical, en estos asuntos morales, apunta al fondo de la cuestión y contiene, o soporta, un sustento ético fuerte, innegociable y firme. Ud., no se dio cuenta, señor Garcés, pero quizá mecánicamente nos llamó “animalistas radicales” porque sabe, muy en el fondo, que nos centramos en la causa y en el origen del problema, y no en las consecuencias: pues sepa señor que lo contrario de ser radical no es ser moderado sino ser superficial… y nosotrxs no somos animalistas superficiales. Esa sí que hubiese sido una ofensa.
Tom Regan, un filósofo, digamos, “radical” también, al que muy seguramente Ud., jamás leerá, suele decir respecto a estos supuestos “calificativos” o situaciones que lo que pasa es que la ética es radical (¡y debe serlo!), porque cuando la injustica es absoluta (como menospreciar la vida de un animal, montándolo, humillándolo, violentándolo, desconociendo sus intereses y valores), entonces no queda más que oponerse a ella con todo vigor, es decir, desde la raíz.
¿Cómo se opone Ud. a la esclavitud humana? Imagino que radicalmente, así nos oponemos nosotrxs a la esclavitud de los demás animales: radicalmente. Lo que urge, y necesitamos, es que haya más radicales como nosotrxs, si pretendemos, en verdad, transformar nuestra relación moral con los demás animales y, de paso, a nuestra sociedad.

Jorge Montoya
Artista Plástico y Visual. Consultor Académico. Vegano y activista por los derechos de los animales en el Valle del Cauca, miembro de COALA (Colectivo Antiespecista Libertad Animal) y la coalición Colombia sin toreo.